
El gran Santuario (iglesia declarada Basílica por el Papa Pío IX en 1875) funciona en un espléndido y restaurado templo medieval (que era el priorato de Cluny), y ha cobrado un renovado auge peregrinacional sobre todo desde la visita pastoral de S.S. Juan Pablo II, el 5 de octubre de 1986, transformándose en un centro de peregrinación de primer orden, no sólo europeo sino internacional.

Rememoró también el Obispo Oscar, impresionado por la presencia de tan numerosas familias jóvenes con hijos pequeños, que el Papa había dicho en aquella oportunidad que “Delante del Corazón abierto de Cristo, buscamos extraer de él aquel amor verdadero que necesitan nuestras familias, pues (…) la célula familiar es fundamental para edificar la civilización del amor”. Dijo también que el Sagrado Corazón no era “una simple devoción” sino “el misterio mismo de la humanidad de Jesucristo, unida a su divinidad en la Persona del Verbo, y que es este Jesús, que nos ama, que nos sana, que nos eleva a la dignidad de hijos de Dios y autores de una civilización nueva que estamos llamados a construir” y que, en ese contexto, teníamos que considerar las apariciones del Sagrado Corazón como “una continuación a lo largo de los siglos de las apariciones históricas del Resucitado a las piadosas mujeres, a los apóstoles y a los discípulos, para afirmarlos en la fe y darles esperanza para transmitirla, para transmitir un amor transformante que puede cambiar la humanidad”.

Luego de recibir en la Curia al P. Édouard Marot y a la Sra. Alicia Beauvisage, organizadora de la peregrinación con las reliquias, Mons. Oscar Sarlinga los invitó a peregrinar en 2009 en la diócesis de Zárate-Campana, que cuenta con el Monasterio de la Visitación (en Pilar), orden fundada por el Obispo San Francisco de Sales y a la que pertenecía Santa Margarita María.
Las reliquias de Santa Margarita María llegarán el 25 de marzo de 2009, y luego de permanecer en el Monasterio de la Visitación, serán llevadas para su veneración a las parroquias de San Antonio de Padua, de Presidente Derqui (Pilar), a la catedral de Santa Florentina (Campana) y a la iglesia cocatedral de la Natividad del Señor (Escobar), donde se acompañarán con una misión y catequesis acerca del Sagrado Corazón. Las parroquias designadas fueron aquellas que solicitaron por escrito el recibimiento de las reliquias apenas fue mencionada la noticia en el infodiócesis (boletín diocesano).
Desde Escobar las reliquias partirán el sábado 4 de abril, en las vísperas del Domingo de Ramos, hacia Portugal, previa misa presidida por Mons. Oscar Sarlinga en la iglesia cocatedral.
Paray le Monial y el Corazón de Jesú
La ciudad nació en torno a un monasterio hacia 970. El gran monje constructor Saint Hugues de Semur (siglo XII), abad de Cluny, fue quién comenzó las obras en la iglesia que hoy conocemos. Habiendo sobrevivido a la revolución después de que los frailes la hubieran abandonado, gracias a que la compró la ciudad, fue restaurada a partir de 1856 por Eugène Millet, alumno del célebre arquitecto Violet-le-Duc. Este monumento esencial en Borgoña representa el modelo mejor logrado de la arquitectura romance cluniacense.
Desde 1985, el Obispo de la diócesis de Autun, ha confiado el Santuario a sacerdotes y laicos de la Comunidad del Emmanuel. Paray le Monial acoge cada verano exposiciones temporales vinculadas a la próxima reapertura del museo eucarístico del Hiéron (2004). Abierto todo el año, el Santuario de Paray-le-Monial comprende varios sitios de rezo y de acogida fácilmente accesibles. Peregrinos individuales, grupos y visitantes podrán descubrir en éste el mensaje y la espiritualidad del Corazón de Jesús. Los Capellanes de Paray-le-Monial se encargan de la acogida en el Santuario. La Comunidad del Emmanuel nació en París por iniciativa de Pierre Goursat (1914-1991) y Martine Laffitte-Catta, sobre la base de la experiencia de un grupo de oración de la Renovación Carismática.
En 1975 la llegada de la Comunidad a Paray le Monial, lugar de las apariciones del Corazón de Jesús a santa Margarita María de Alacoque (1647-1690) --en la primera sesión participaron unas 700 personas--, marcó una etapa importante de su historia y el inicio de su difusión a nivel internacional. A partir de los años noventa cada vez son más los Obispos que confían a la comunidad misiones parroquiales y la animación de las parroquias. El 8 de diciembre de 1992 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de la Comunidad como asociación internacional de fieles de derecho pontificio
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