13.9.06

MONSEÑOR SARLINGA EN LA UNIVERSIDAD DE BELGRANO


El jueves 7 de setiembre Invitado por el Rectorado nuestro Obispo asistió a la Universidad de Belgrano para conferencia acerca de "Ética y Responsabilidad", en el marco de un ciclo de preparación dirigencial para la Argentina del Bicentenario. Del ciclo participaron importantes figuras del quehacer nacional e internacional, inclusive el Vicepresidente Daniel Scioli.
Durante la Conferencia ante alumnos y profesores del cuerpo docente del establecimiento Monseñor destacó la importancia de asumir con responsabilidad los desafíos que la circunstancia actual plantea a todos los factores de la sociedad.
Luego de su conferencia el Obispo accedió a un intercambio de preguntas con los alumnos congregados lo que demostró el interés de los mismos por los desafíos planteados por el Obispo.
Durante la misma Mons. Sarlinga explicó a los jóvenes como el cristianismo no se opone a lo humano sino que al contrario lo eleva y plenifica. “El cristianismo – señalaba – aporta a lo humano luz y eternidad”

6.9.06

ORDENACIONES DIACONALES EN ZÁRATE - II



Ustedes, queridos Mauricio, Nicolás, Hernán, permanezcan firmes en la fe y en la esperanza, solícitos en la caridad, porque Jesús quiere mucho de ustedes, y el Espíritu, «verdadero Protagonista de la evangelización» (como lo llamaba Pablo VI en la Evangelii nuntiandi), les tiene preparada una cooperación maravillosa con Su obra.

El evangelio según san Juan (Jn 15,1-17) nos narra el discurso de «la vid verdadera», que significa por sobre todo que la unión y comunión del creyente con Jesús es indispensable para dar fruto. Esta unión o permanencia con Él tiene lugar a través de su amor y es fuente de la plenitud de su alegría. Porque Jesús quiere seguidores limpios de corazón, alegres con alegría espiritual, que vivan de verdad el Amor y lo transmitan. El evangelio presenta las cualidades del Amor cristiano ejemplificadas por Jesús; ese Amor se mide en términos de sacrificio (Jn 15,13 ss), de obediencia (Jn 15, 14) de sinceridad, compromiso o empeño auténtico y fidelidad (Jn 15,16). Los limpios de corazón son sinceros y rectos en sus intenciones.

ORDENACIONES DIACONALES EN ZÁRATE


De hecho, en el trozo de 2 Cor 4,1-2 san Pablo hace un sinceramiento acerca de la valentía («parresía») apostólica que lo embarga: el Apóstol de las Gentes no se acobarda en su ministerio porque no viene de su pobre voluntad humana. Antes bien, lo ha recibido por pura misericordia, por puro don. Y Dios se hace cargo del don que otorga, es Suyo.

Esta gratuidad, esto sí, requiere de parte de quien lo recibe una esencial responsabilidad; y el elemento principal de ésta es «no anunciarse a sí mismo», que significa también: no buscar la propia imagen y la propia honra por encima de todo, no hacer los propios antojos, no servirse de la Iglesia para provecho propio, no ser holgazán ni avaro ni codicioso, no vivir de mañas y de arrebatos del temperamento, no instrumentar a los demás para el propio proyecto, no ser desobediente ni causador de escándalo, divisiones y desdichas… Y tantas cosas más. Pablo sigue su defensa afirmando que él no se anuncia a sí mismo, sino a Cristo, y su ministerio es de servicio, llevado a cabo en la humildad en la pobreza (la pobreza evangélica, la verdadera, no aquella que sólo es declamada pero menos es vivida) y en el sufrimiento, ése que enaltece porque es ofrecimiento para que se cumpla el plan de Dios. No siempre vemos todo esto con claridad. En esta oscuridad aparece y se experimenta la gloria de Dios, que resplandece en el rostro de Jesús.

CENTENARIO COLEGIO SAGRADA FAMILIA DE ZÁRATE



El pasado 25 de agosto Mons. Oscar asistió a los actos por el Centenario del Colegio Sagrada Familia de Zárate.
En el Club Náutico de dicha localidad y en presencia de más de 1000 alumnos, personal docente, autoridades municipales y de la Dirección Provincial de Educación el Obispo celebró la Santa Misa de Acción de Gracias.
Durante su homilía Mons. Sarlinga habló sobre la importancia de la educación en nuestros días. Transcribimos a continuación un párrafo de la misma.

“Educar es educir todo lo mejor que hay en el ser humano: lo mejor de la humanidad y de la dimensión religiosa. Por eso la educación se basa sobre todo en las virtudes humanas y cristianas. Y el Colegio católico tiene esa misión: educar en las virtudes humanas y cristianas, para que aquellos que así han sido formados contribuyan a la construcción de la civilización del amor.
Entre las virtudes humanas podemos contar: el amor a la verdad, a la justicia y a la libertad para realizar el bien, el discernimiento, la veracidad, la sinceridad, la lealtad, la solidaridad, la capacidad de asumir compromisos según el estado de vida, la capacidad de amistad y de trabajo mancomunado, el saber vivir en familia y crear lazos de familia, la dedicación a la cultura del trabajo, y el saber seguir un derrotero en la vida, tener un fin, una causa final a la cual dedicar la vida. No podemos dejar de engarzar aquí las virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
Y, sobre todo, la educación católica ha de apuntar a infundir esas virtudes que son ellas mismas infundidas por Dios en el corazón de los bautizados: la fe, la esperanza y la caridad. La fe que es puerta de las demás virtudes, y no es sólo un sentimiento o un sentir subjetivo sino el asentimiento con toda la inteligencia y todo el corazón a lo que el Señor me ha manifestado a través de la Iglesia como comunidad de salvación. La esperanza que no defrauda, puesto que pone constantemente ante nuestra vista y nuestro ánimo la vida futura. Y la caridad, sin la cual “nada somos”, que es el Amor que mueve el Universo y los corazones humanos, el Amor divino que se hace carne en nosotros”