12.2.12

El humanismo cristiano, integral y solidario halla un punto de realización en el centro "Nuestra Señora de Lourdes" de Maquinista Savio (Barrio "Santa

El “Centro de Nuestra Señora de Lourdes”, en Maquinista Savio celebra con centenares de fieles y la presencia del Obispo

Centenares de fieles se congregaron en el barrio “Santa Brígida” de Maquinista Savio, dándose cita, como todos los años, el 11 de febrero por la tarde, en torno al centro “Nuestra Señora de Lourdes” de catequesis y caridad social. Al mismo tiempo que en emblemático aniversario del Seminario catequístico “María Inmaculada”, el centro “Nuestra Señora de Lourdes” ubicado en el barrio “Santa Brígida” de Maquinista Savio (en jurisdicción de Pilar, en el límite con Escobar, en una zona de pobreza estructural) celebró a su patrona, la Santísima Virgen, en dicha advocación, y lo ha hecho con la procesión, misa y ágape fraterno, con una gran participación popular. Dicho centro de promoción humana integral, constituido en asociación civil y cuyos fieles forman a la vez una asociación privada de fieles (la cual, como grupo de fieles aunados, cumplió 10 años, y que fuera “reconocida” canónicamente por Mons. Sarlinga en 2007) realiza una importante labor entre las familias del populoso barrio, con la dirección de la virgen consagrada Laurentina Bussano, ayudada por laicos y laicas de la región, que adhieren a esa obra de catequesis y de caridad social, entre los cuales el comedor para niños pobres y la asistencia de apoyo escolar para los mismos. También existe allí un “centro católico de piedad ecuménica” de oración por la unidad de la Iglesia, valiéndose de la intercesión de Santa Brígida, cuyo monolito marca el comienzo del barrio, al ingreso de la ruta que atraviesa Maquista Savio.

Como lo ha hecho todos los años desde su presencia en diócesis, Mons. Sarlinga acudió nuevamente el 11 de febrero por la tarde, participó de toda la procesión y celebró la Santa Misa. Lo acompañaron Mons. Edgardo Galuppo, vicario general, el P. Nestor Villa, el P. Agustín Arévalo, el P. José de Estrada y los diáconos Carlos Bertone, Carlos Heredia y Oscar Cabrera. La asociación Scout católica estuvo presente en la organización de todo el evento.
La procesión siguió las principales calles del barrio, la mayoría sin asfalto, en medio de una realidad de pobreza a la que los vecinos tratan de paliar con esfuerzo y solidaridad. El Obispo, los sacerdotes y los diáconos iban detrás de la cruz procesional y el carrito que portaba la imagen de la Virgen en su advocación de Nuestra Señora de Lourdes, seguidos por centenares de fieles. La misa tuvo lugar a las 18.30 en el “campito” aledaño al centro catequético y promocional. Al término de la celebración se tuvo con las familias (de entre las cuales numerosos son los niños) en un ágape fraterno.

En una próxima entrega ofreceremos el texto completo de la homilía de nuestro Obispo.

3.2.12

Los ejes temáticos de la “comunión orgánica” y la “dimensión misionera” para el 2012.

En la diócesis de Zárate-Campana, nuestro Plan ha querido poner de manifiesto cuánto necesitamos, como Iglesia particular, en unión con la Iglesia Universal, el vivir la «comunión» con ese "signo visible del encuentro con Dios" que es la Iglesia de Jesucristo. La comunión se expresa en el Amor divino por nosotros, y en nuestra unión con él, y en especial mediante la participación en los signos de Cristo, viviente y operante en la Iglesia, que son los sacramentos, y esto de tal modo hasta conseguir en su celebración una verdadera plenitud, dando a la evangelización toda su integridad culminante en la Eucaristía, en el culto y en la vida cristiana, en la gran vocación cristiana a la santidad y en las vocaciones específicas. Entre ellas, las vocaciones sacerdotales encontraron su lugar en el corazón de la naciente (1976) diócesis de Zárate-Campana, por solicitud de su primer Obispo, Mons. Alfredo Esposito Castro. Diversas vicisitudes hicieron que dicha experiencia tuviera un paréntesis entre 2001 y 2009.
Misionariedad joven del grupo catedral y de nuevos jóvenes misioneros de Pilar
El Obispo suele referirse a la Natividad como renacimiento espiritual
Imagen de San José en catedral de Santa Florentina (siglo XIXI)
San José es compatrono de la diócesis de Zárate-Campana
La iglesia co-catedral de la Natividad del Señor, en Belén de Escobar
Luego de la etapa formativa en Gualeguaychú (a cuyo Seminario también expresamos nuestro reconocimiento) de los seminaristas que allí fueron enviados por el segundo Obispo diocesano en 2001, a inicios del año 2009 Dios nos dio la gracia de re-abrir nuestro Seminario diocesano "San Pedro y San Pablo", debido al aumento de las vocaciones sacerdotales y también por continuar con lo que en tiempos de Mons. Alfredo Esposito (fundador del Seminario como casa de formación sacerdotal) era el lugar de estudios: el Seminario ubicado en Campana estaba destinado a la formación sacerdotal, los seminaristas viajaban diariamente a Buenos Aires, a la Facultad de Teología sita en Villa Devoto.
Una vez reabierto el Seminario diocesano, como dijimos, en 2009, las circunstancias de tránsito y urbanización imposibilitaron que se pensara en viajar diariamente (y con horarios distintos). Por eso es la ocasión de agradecer al Card. Jorge Mario Bergoglio, quien, en conversación al respecto con nuestro Obispo Oscar sugirió que los seminaristas de Zárate-Campana pudieran habitar el ala del edificio que por entonces dejaban los seminaristas de la diócesis de San Nicolás, en el edificio “Cardenal Copello”, en Parque Chas, y así lo permitió. Allí funcionó hasta ahora nuestro Seminario, el cual, debido a la hasta ahora creciente respuesta vocacional, ya no es posible mantener en esa "ala" del edificio, y es por ello que desde meses atrás se ha emprendido la restauración del antiguo edificio del Seminario fundado por Mons. Esposito, ya no sólo con la formación sacerdotal, sino también con el área académica, con toda la "ratio studiorum" de la Iglesia, validada simultáneamente a través de profesorados temáticos filosófico-teológicos. Parta el agradecimiento desde nuestro corazón a todos aquéllos que han puesto de su amor y sacrificio para esta gesta.
El 9 de mayo de 2009, como todos recordamos, hemos consagrado la diócesis al Sagrado Corazón de Jesús: acontecimiento marcante, pues significó para nosotros el re-inicio de los gestos de misión, la actitud de misionariedad y la dimensión misionera de la pastoral, desde la perspectiva de la "Misión continental". Ya desde 2006 asumimos la misión y la comunión como los ejes fundamentales de nuestra pastoral. De todo ello, como lo dice nuestro Plan Pastoral, la Eucaristía es la plenitud. El mismo Señor dijo: "Yo soy el pan de la Vida" (Jn 6, 35). Y Eucaristía dice relación estrecha con caridad, vida cristiana efectivamente vivida, en lo personal y como Iglesia. Nuestro Papa Benedicto XVI, en «Sacramentum caritatis», hizo esa relación fundamental: "Deseo relacionar la presente exhortación con mi primera carta encíclica Deus caritas est". Por esto, la «Sacramentum caritatis», iluminadora para nosotros y nuestro Plan pastoral, posee una huella unificadora de la visión de Benedicto XVI, una visión en la cual "la celebración eucarística aparece aquí con toda su fuerza como fuente y culmen de la existencia eclesial".
Todo esto, por lo cual tenemos que dar gracias, es obra del Espíritu en todos nosotros, Espíritu de Unidad, que nos hace ver el Rostro de Cristo en la Iglesia y en cada uno de nuestros hermanos. "Comunión" implica cual lógica consecuencia la necesidad de deponer toda división y alejamiento de los unos con los otros. Es por ello que, como Iglesia particular de Zárate-Campana, partimos de la contemplación del Rostro de Jesús. Como nos lo expresara el Beato Papa Juan Pablo II, como legado para el Tercer Milenio: en "Novo Millenio ineunte": "(…) la santidad es la perspectiva en la que debe situarse todo camino pastoral (…) la santidad de nuestras comunidades… es lo que ha de sostener, recrear y potenciar las actividades propias de la pastoral ordinaria".
Es en el seno de la comunidad eclesial (y en la Iglesia particular se dan todas las notas de la Iglesia universal), donde el ser humano recorre su camino de conversión, de liberación del pecado y de crecimiento en la fe, hasta el encuentro con Jesucristo. El fortalecer en las parroquias y en las familias, en las asociaciones de fieles y movimientos laicales, la formación de los bautizados como discípulos misioneros de Jesucristo será fundamental para el cumplimiento de las líneas programáticas fundamentales,. Para esto contamos con la buena voluntad de todos los fieles, con algunas orientaciones programáticas, siempre en el sentido de alimentar la conciencia de la pertenencia eclesial y fortalecer el carácter misionero de nuestra vida apostólica, el cual nos ayudará a consolidar la organización pastoral de la diócesis y de las parroquias –precisamente en clave misionera- para impulsar la misión continental a la que nos llamó el Documento de Aparecida, y continuar trabajando la pastoral familiar para suscitar ciudadanos dispuestos a vivir su compromiso en la Iglesia y el mundo. Nuevas paroquias con sus instalaciones pastorales, pero sobre todo con toda una formación previa como "comunidad de comunidades", nuevas capillas con su infrastructura, gestos de misión, en especial juveniles, un fortalecimiento de la caridad institucionalizada, nos han ayudado a renovarnos y fortalecernos como Iglesia y su Misterio.
Como es obvio, todo esto sólo es posible con la colaboración de todo el presbiterio, la ayuda de los diáconos, la riqueza de las comunidades consagradas con sus carismas, y la participación activa de todos los fieles laicos. De tal suerte, la Buena Noticia podrá incidir en la sociedad y en la cultura de este tiempo y de cada grupo humano. En el contexto de la Iglesia en la Argentina, el propósito del Plan coincide con Navega mar adentro, en cuanto actualización de las Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, el cual habrá de orientar una nueva etapa en la evangelización de la Argentina mediante una acción pastoral más orgánica, renovada y eficaz, procurando que todo miembro del Pueblo de Dios, toda comunidad cristiana, todo decanato, toda parroquia, asociación o movimiento, se inserten activamente en la pastoral orgánica de la diócesis.
Invitamos a los lectores a revisar el Plan Pastoral en la perspectiva que específicamente asume, es decir, dentro de la «Caridad Pastoral» de la Iglesia, y de cómo nos hacemos eco de todo lo que en nuestra diócesis ha venido realizándose, con sus alzas y sus bajas, pero siempre con el auxilio del Espíritu Santo, en el apartado llamado:
"El camino pastoral recorrido nos orienta y nos allana el camino por recorrer”

13.1.12

La segunda misión juvenil, uno de los ejes evangelizadores de Zárate-Campana, tuvo lugar esta vez en Pilar

La COMISION de NIÑOS del GRUPO MISIONERO

ésta noticia puede leerse también en: http://padrenuestro.net/

Desde el lunes 2 de enero hasta el domingo 8 de dicho mes, 75 jóvenes misioneros, de entre los grupos de jóvenes menores, jóvenes mayores, a los que acompañaron padres y madres de familia de la parroquia Catedral Santa Florentina de Campana, y de otras parroquias, llevaron a cabo una Misión evangelizadora bajo el lema “Por Cristo, con Él y en Él” en los barrios Carabassa, Manantiales, Los Grillos, San Jorge y Pilar Viejo, pertenecientes a la Parroquia Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís, en el partido de Pilar Pilar. A dichos misioneros se unieron 10 de la parroquia, recientemente creada. Nuestro Obispo nos había dicho en su Carta pastoral en el XXXV Aniversario de nuestra diócesis de Zárate-Campana, el día de la Transfiguración del Señor de 2011, que “La Misión continental tuvo inicio en nuestra diócesis el 9 de mayo de 2009, día en que hemos celebrado las fiestas patronales diocesanas (…) y, como acontecimiento profundamente marcante, la consagración de la diócesis al Sagrado Corazón de Jesús, irradiante de Amor y de Misión. Nos encontramos muy contentos de la asunción convencida y profunda del espíritu de la misión en los corazones de los sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos, religiosas, seminaristas, y laicado”.

Durante esos días de evangelización y misión en los barrios de la parroquia de Ntra. Sra. de la Paz y San Francisco de Asís, los jóvenes misioneros estuvieron acompañados por el Padre Hugo Lovatto, párroco de la Catedral Santa Florentina, el Padre Gabriel Micheli, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís, los seminaristas Jonatan Sfardini, Gustavo Parodi y Joaquin Mazzeo. El alojamiento fue brindado por las instalaciones de la Escuela N°3 del barrio de Carabassa, donde una de las aulas fue transformada en oratorio. Monseñor Oscar Sarlinga se hizo presente en algunos días de la misión, para compartir diversos momentos y celebrar la misa de la Epifanía, y también la del Bautismo del Señor (en la que efectivamente se celebraron bautismos) y también Mons. Santiago Herrera, Rector del Seminario. También visitó al grupo misionero el Padre Lucas Martínez, de la iglesia catedral.
El primer día, el grupo misionero tuvo un retiro de silencio, donde pudieron tener un encuentro personal con el Señor, reflexionar sobre el llamado de Jesucristo a estar con Él y llevarlo a los demás, en el gozo de evangelizar. Al iniciar cada día, se realizaba Adoración Eucarística y el rezo de Laudes, uno de los momentos fundamentales de la misión, en donde los misioneros pedían a Nuestro Señor el poder ser dóciles instrumentos en sus manos.
Luego del desayuno, los jóvenes visitaban las casas de familia del barrio, llevando la Buena Nueva a través de diálogos, oraciones y canciones que realizaban junto con las familias misionadas. Informaban acerca de las actividades la Parroquia de jurisdicción, erigida hace menos de un año por nuestro Obispo Oscar, sobre la posibilidad de recibir los sacramentos y las actividades que iban a efectuarse durante la semana misional.
Por las características de los barrios, los primeros días se efectuaba la visita misional por la tarde también, y a partir del miércoles un grupo de misioneros empezó a trabajar con los niños de la zona, a los cuales, a través de dinámicas y juegos se les ensañaba la catequesis. Otro grupo se dedicó a los jóvenes, con quienes se pudo llevar a Cristo a través de pláticas, encuentros y meriendas, con una respuesta de ellos muy positiva, e incluso enriquecedora tanto para los misionados como para los misioneros. A partir del jueves, empezó la actividad con los adultos oportunidad en la cual los misioneros pudieron enseñar y profundizar conocimientos sobre los sacramentos, acercarse a la Palabra a través de Lectio Divina, dar pláticas pre-bautismales y ayudar a que todos puedan encontrar un lugar dentro de la Parroquia en tanto “Casa y Escuela de comunión”.
Diariamente, se celebraba la Santa Misa por distintas intenciones y todos los misioneros rezaban el Santo Rosario. Al finalizar cada día, se rezaba Completas agradeciéndole a Dios y a la Santísima Virgen María por el día de misión.
El día sábado, el grupo misionero junto a la comunidad compartimos un festival, en donde hubo canciones populares y católicas, bailes folclóricos, show de prestidigitación y sobre todo una actuación de un grupo de los misioneros que invitaba a vivir en la gracia y la compañía de Cristo, a la reflexión de estar siempre cerca de Jesús, ya que no hay mayor felicidad que vivir “por Cristo, con Él y en Él”.
Con ocasión de la primera de las visitas del Obispo los jóvenes pudieron compartir con él y los sacerdotes la celebración de la Santa Misa y a continuación, ya en la Escuela, un muy grato momento en donde los jóvenes misioneros expresaron sus testimonios y experiencias misioneras y de vida cristiana. En la misa del día del Bautismo del Señor se tuvo celebración del sacramento del Bautismo de niños de familias de los barrios misionados.
La comunidad de la Catedral recibió gratamente esta nueva experiencia misional, escuchó el testimonio de los jóvenes, al igual que los televidentes del canal de Pilar y los oyentes de la radio FM Santa María quienes hicieron varios reportajes durante los días de misión.
Completamente felices de haber compartido esta semana muy cerca de Jesús y agradecidos por el acompañamiento espiritual a las comunidades de la Parroquia Catedral, Parroquia Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís, los demás grupos misioneros de la Diócesis y nuestro Obispo. El cura párroco, P. Gabriel Micheli, se ocupó con mucha dedicación del gesto misional realizado en su parroquia, así como los miembros activos de esa comunidad (que posee dos templos, la sede parroquial, San Francisco, y la iglesia de Nuestra Señora de la Paz).

De entre las cinco (5) nuevas parroquias que ha erigido nuestro Obispo Mons. Oscar Sarlinga desde el año 2006, cuatro (4) de ellas se encuentran en el partido de Pilar, a saber: San Luis Gonzaga (Manzanares-Fátima), San Manuel Mártir (La Lonja), Nuestra Señora de Luján y San José Obrero (Zelaya) y ahora, como se ha dicho, “Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís”, que abarca toda la franja poblacional del barrio “Carabasa” y su entorno (incluyendo el histórico “Pilar viejo”), así como la zona conocida como “Estancias del Pilar”. El nuevo cura párroco, Pbro. Gabriel Micheli, será presentado el día sábado 19 de febrero, a las 20, en Nuestra Señora de la Paz, y tomará posesión canónica el día domingo 20, a las 10 de la mañana, en San Francisco de Asís.
OTORGO a la nueva parroquia el territorio delimitado al Norte con Calle Tres Arroyos, antigua Ruta 8 y calle Mercedes; al Este con la ruta 34; al Sur con el Partido de Luján y al Oeste con el Río Luján. ESTABLEZCO que la sede parroquial sea la iglesia San Francisco de Asís, cita en Av. San Jorge esquina Los Paraísos; Barrio San Jorge, Pilar y de modo supletorio la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, en la zona conocida como “Estancias del Pilar” cuyos títulos legítimamente se poseen.

La otra parroquia que erigió fue “Nuestra Señora de Luján y los Santos Apóstoles Pedro y Pablo”, en la ciudad de Campana, así como también restableció “San Juan de la Cruz” en Escobar. Por cierto que las parroquias con su jurisdicción son fruto de toda una labor pastoral previa, el trabajo apostólico con comunidades de católicos, un acrecentamiento de la evangelizción, o una “nueva evangelización” en el sentido como lo entiende la Iglesia, y asimismo el proveer a contar con los elementos esenciales de una parroquia, una porción del Pueblo de Dios, templo, salones pastorales y de atención de los fieles (tales como sede de Cáritas, salones de catequesis, entre otros; esto es, la “infraestructura pastoral”) y asimismo el dotar a la nueva parroquia de un “pastor propio”, el cura párroco, del cual es ideal que se trate de un sacerdote con experiencia pastoral previa, apto para pastorear o apacentar al pueblo fiel que se le confía, laicos y laicas que tienen ellos mismos la misión de evangelizar, de estar en el mundo como fermento evangelizador y humanizador.El próximo sábado 19 a las 20, en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz (Estancias del Pilar) y el domingo 20, a las 10, en la iglesia de San Francisco de Asís del barrio San Jorge (donde tomará posesión el nuevo cura párroco) quedarán inauguradas dos nuevas parroquias dependientes de la Diócesis de Zárate-Campana. Los actos de inauguración contarán con la presencia del obispo Oscar Sarlinga y también fueron invitadas las autoridades municipales. Luego de dos años de preparación de la comunidad, así como de la terminación del templo, la construcción de la casa parroquial y de los salones pastorales y la reafirmación de los títulos de propiedad, Sarlinga ha priorizado la creación de parroquias en las zonas más pobladas y que experimentaron un crecimiento poblacional mayor en los últimos años, así como ha primado el criterio de la atención pastoral. Entre las cinco nuevas parroquias que ha erigido el obispo desde el año 2006, cuatro de ellas se encuentran en el Partido de Pilar, a saber: San Luis Gonzaga (Manzanares-Fátima), San Manuel Mártir (La Lonja), Nuestra Señora de Luján y San José Obrero (Zelaya) y ahora, como se ha dicho, “Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís”, que abarca toda la franja poblacional de los barrios Carabassa, San Jorge y su entorno (incluyendo el histórico Pilar viejo), así como la zona de Estancias del Pilar. El nuevo cura párroco, Gabriel Micheli, será presentado el día sábado 19 de febrero, a las 20, en Nuestra Señora de la Paz, y tomará posesión canónica el día domingo 20, a las 10 de la mañana, en San Francisco de Asís.
Visita El Obispo de Zárate-Campana, Oscar Sarlinga, visitó nuevamente, luego de haberlo hecho en 2009 y 2010, el centro de promoción humana integral llamado “Nuestra Señora de Lourdes”, llevado por la hermana Laurentina Bussano y la asociación que lleva el mismo nombre mencionado de la advocación de la Virgen, ubicado en el barrio Santa Brígida de la localidad de luis Lagomarsino. En ese lugar se ofrece catequesis, apoyo alimentario a los niños de familias más carenciadas y también el apoyo escolar en sus estudios de la escuela primaria.
Primeras fiestas patronales de San Francisco de Asís en Pilar La recientemente creada parroquia de Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís, en Pilar, con sede en la iglesia de San Francisco, del barrio “Carabasa” de la citada ciudad, celebró por primera vez sus fiestas patronales, presididas por el obispo Mons. Oscar Sarlinga y concelebradas por el cura párroco, P. Gabriel Micheli, el vicario general, Mons. Galuppo, el delegado de las misiones, Mons. Marcelo Monteagudo y el Pbro. Rodrigo Domínguez, en la solemnidad trasladada del seráfico Santo, el día domingo 9 de octubre. Participaron de las ceremonias el Intendente Municipal, distintos concejales y diversos representantes de instituciones de la ciudad.
Con oportunidad de las primeras fiestas patronales, fueron confirmados 21 jóvenes, los primeros de la parroquia, y se lanzó la misión parroquial, con los trípticos alusivos bendecidos por el obispo. Una reliquia insigne y autenticada de San Francisco de Asís, que había sido donada por el obispo el día de la puesta en posesión del primer párroco fue colocada de modo visible en la iglesia y asimismo, en el frente del templo, una efigie del hoy Beato Juan Pablo II, que Mons. Sarlinga había recibido en el Santuario de la Divina Misericordia, en las cercanías de Cracovia, en Polonia, y que también donó a la nueva parroquia. En el ofertorio una familia del lugar donó una muy antigua imagen de la Virgen de Luján, del siglo XIX. En su homilía el obispo Mons. Oscar Sarlinga pidió a los fieles renovar el sentido de la misionariedad, siguiendo la nueva evangelización a que nos han llamado el Beato Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI, “tanto con gestos concretos de misión” –dijo- “como sobre todo con espíritu misionero y dimensión misionera de toda la pastoral”. En su homilía, luego de brindar algunos trazos de la vida de San Francisco de Asís, pidió que viviéramos en el corazón el espíritu que lo animó en su célebre “oración” (la oración de San Francisco de Asís) y en especial cuando rogamos: “donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensa, ponga yo perdón, donde haya discordia, pongamos unión, donde haya error, pongamos la verdad”. Dijo que la intercesión de San Francisco de Asís nos traerá la paz de Cristo, que es “tranquilidad en el orden” como la llamaba San Agustín, sobre todo en el interior, aunque los ámbitos en que nos toca actuar a veces puedan ser adversos. Recordó también cómo tuvo que luchar el rey David para lograr la paz en su reino, poniendo primero paz en su corazón, y a ese respecto exhortó a leer y meditar el Ier. Libro de las Crónicas, capítulo 12. La jurisdicción parroquial abarca distintas aglomeraciones y urbanizaciones y posee una población actual de unos 8.000 habitantes, aunque se encuentra en franca expansión. La iglesia de San Francisco de Asís es la sede, en el corazón del barrio atravesado por la ruta provincial y en los alrededores de una de las urbanizaciones se encuentra la también recientemente inaugurada iglesia de Nuestra Señora de la Paz. Luego de una fructífera novena, de la que participaron fieles de todos los ámbitos de la parroquia, y en la que predicaron numerosos sacerdotes, el día domingo a las 10.30 se concentraron los fieles en la rotonda de ingreso a la ruta y desde allí partió la procesión con la imagen de San Francisco de Asís, junto con todos los jóvenes de confirmación, sus catequistas, representantes de escuelas de la zona, grupos gauchescos y representación de otras instituciones. El coro parroquial tomó parte en todos los momentos de la celebración, y asimismo el nutrido grupo de catequistas y el grupo misionero, el cual, recién naciente, ya ha asumido la “misión parroquial” intensiva, casa por casa, lo cual se hizo por última vez cuando la gran misión en Pilar en 1983, pero en tiempos en que esa zona era conformada por unos campos con algunas casas y un camino. Al término de la misa hubo un ágape y también en la vera de los terrenos aledaños se realizó una feria artesanal alusiva. La nueva parroquia se ha integrado bien en el conjunto del partido de Pilar. De hecho, de entre las seis nuevas parroquias que en los últimos años se han erigido, cuatro (4) de ellas se encuentran en dicha circunscripción. De entre las parroquias creadas en el partido de Pilar contamos: San Luis Gonzaga (Manzanares-Fátima), San Manuel Mártir (La Lonja), Nuestra Señora de Luján y San José Obrero (Zelaya) y Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís. Esta última abarca toda la franja poblacional del barrio “Carabasa” y su entorno (incluyendo el histórico “Pilar viejo”), así como la zona conocida como “Estancias del Pilar”, todas esas zonas desmembradas de la iglesia matriz, Nuestra Señora del Pilar (con su histórico templo). Todas estas constituyen realidades pastorales que conllevan un desafío, evangelizador puesto que enteras zonas populares, afectadas por la pobreza, conviven con nuevas urbanizaciones.

Nació en Nápoles, Italia, el 20 de mayo de 1927, aunque su nacionalidad es argentina, ya que su padre se desempeñaba como cónsul argentino en Nápoles; ordenado sacerdote en la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María el 1 de agosto de 1954; elegido obispo de Zárate-Campana el 21 de abril de 1976 por Pablo VI; ordenado obispo el 4 de julio de 1976, por Mons. Pío Laghi, nuncio apostólico (co-consagrantes Mons. Ramón José Castellano, arzobispo de Córdoba y Mons. José María Márquez Bernal CMF, obispo prelado de Humahuaca); tomó posesión e inició su ministerio pastoral como primer obispo de Zárate-Campana el 4 de julio de 1976; renunció por razones de salud el 18 de diciembre de 1991.
Carta pastoral de Mons. Oscar Sarlinga en el XXXV Aniversario de nuestra diócesis de Zárate-Campana, en la Transfiguración del Señor
III Peregrinar del Pueblo de Dios en nuestra diócesis; no nos cansemos de peregrinar a la Casa del Padre No quisiera abundar en datos; una carta del Obispo no es un tratado de historia ni de teología pastoral. Recordemos, hagamos “memoria” (como el Pueblo de Israel) de los acontecimientos fundantes. Nuestro primer Obispo diocesano, el llorado Mons. Alfredo Mario Espósito Castro, claretiano, desarrolló su misión como sucesor de los Apóstoles, en razón de la consagración episcopal y mediante la comunión jerárquica, signado en particular por el sufrimiento y la enfermedad; así, unido a la Cruz, fue “principio visible y el garante de la unidad de su Iglesia particular” . La fecha de su consagración episcopal (4 de julio) generó la costumbre que durante años se celebrara “el aniversario de la diócesis” más que el día de su creación por parte del Pontífice (el 21 de abril), en el día de la consagración del primer Obispo y su toma de posesión (por parte del entonces Nuncio Apostólico, Mons. Pío Laghi). Me parece bien, salvo mejor y autorizada opinión, continuar con esta costumbre del 4 de julio; sólo este año nos hemos tomado la licencia de hacerlo en agosto, por la consagración e inauguración de la segunda catedral de la diócesis. Mons. Alfredo Esposito Castro fue fundador del Seminario “San Pedro y San Pablo”, y dimitió en 1991 a la cura pastoral de la diócesis por razones serias de salud; luego de diversos destinos, fue acogido en la clínica San Camilo, donde fue cuidado y atendido amorosamente y allí falleció el 1ro. de enero de 2010, habiendo sido celebrada la misa de cuerpo presente en la iglesia catedral de Santa Florentina el día 2, y allí, en la renovada iglesia criptal de Santa Florentina y sus hermanos Obispos Padres de la Iglesia Hispana, en el área tumbal que se creara a tales efectos, espera la resurrección de los muertos, junto al altar del Sagrado Corazón de Jesús. Su báculo, la mitra de su consagración y una fotografía se hallan en un cofre vidriado sobre su tumba, como perpetuo recuerdo para la piedad de los fieles.

Les pido también recordemos en la oración el día 1ro. de enero a nuestro primer Obispo, Mons. Alfredo Esposito Castro, quien hace exactamente dos años partió a la Casa del Padre.

Durante el fin de semana se celebrará una misa en Belén de Escobar en memoria del Padre Tomás Gutiérrez, al cumplirse un nuevo aniversario de su muerte. Será en la Capilla Madre de los Dolores, en Mitre y Cuyo, barrio Phillips.
Este recordado padre, un símbolo para los escobarenses, falleció el 8 de enero de 2007. En esa época, el sacerdote era parte de la Medalla Milagrosa. Tras su muerte, se creó el Centro comunitario que lleva su nombre. Tenía 84 años al momento de fallecer, tiempo después de cumplir 60 años de ordenación, obtenida en la Basílica de Luján. Obtuvo además una licenciatura en Filosofía en la Universidad de Roma y un doctorado en Suiza. En 1997 fue nombrado “Ciudadano Ilustre” de Escobar.

22.12.11

Navidad en la diócesis de Zárate-Campana

Obispado Zarate-Campana FELIZ NAVIDAD
y mensaje navideño de Mons. Oscar Sarlinga
Imagen del Belén en la iglesia co-catedral de la Natividad del Señor
en Belén de Escobar

Luego de la debida preparación del Adviento, que incluyó varias celebraciones penitenciales en parroquias, la diócesis se prepara a las celebraciones de la próxima Navidad. El Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga celebrará esta vez la misa de Nochebuena en la iglesia catedral de Santa Florentina, en lugar de la co-catedral de la Natividad del Señor, en Belén de Escobar, donde coincide la Navidad con las fiestas patronales. Al día siguiente, 25 de diciembre, como es tradicional, celebrará la Santa Misa con las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta y los ancianos, en el Hogar de la Paz y la Alegría, de Zárate, donde luego permanecerá para compartir parte del día con estos hermanos y hermanas.
Deseamos para todos una Feliz y Santa Navidad del Señor y les transmitimos el mensaje del Sr. Obispo.

Mensaje de Navidad de Mons. Oscar Sarlinga, Obispo de Zárate-Campana
Queridos hermanos y hermanas
Queridos hijos en el Señor,

Con amor les dirijo este mensaje, el cual, en el discurrir de los pensamientos, pareciera que se hizo como una carta pastoral o una larga meditación. Pero verán que no lo es, quiso ser un mensaje espiritual, en el que trasunté algunas cuantas cosas que fui viendo, con la ayuda de la oración y que quise transmitirles para la cercana Navidad. Lean lo que puedan, no he querido ser abstracto ni académico, sino pastoral, y si fui en algo académico, ha sido sin voluntad expresa. Tomen de este mensaje lo que puedan o lo que el Señor les mueva a tomar, y si aún así no lo hacen, recen por mí. Yo lo hago por todos ustedes.

La Luz del Señor es eterna, la Eternidad ha irrumpido ya en el mundo con el Divino Niño, porque, como dice la Escritura, “(…) Yahvé será tu luz eterna, y tu Dios tu esplendor” (Is. 60,19-20).

Es Navidad, queridos hermanos, estamos casi en los umbrales del 2012. “Ayer”, por expresarnos así, comenzábamos el 2011, era “anteayer”, también metafóricamente, cuando estábamos esperando el año 2000. El tiempo transcurre de modo inexorable, y esto sí que ni alguien afectado de complejo de psicológica omnipotencia lo podría negar con convicción, porque nadie, nadie le puede poner oposición a esta verdad fáctica: tempus fugit. En cambio, ¡qué alegría nos proporciona sabernos imbuidos de Eternidad!.

LUZ, PERDÓN Y ALEGRÍA NATALICIOS

Creo que una urgencia de nuestro tiempo es que los cristianos, con humildad, nos levantemos, brillemos con la luz de Cristo y, asumamos la “dramática” urgencia del anuncio natalicio. Allí veo un elemento qua coadyuvaría a que la “nueva evangelización” cobre renovado vigor. La fortaleza y la serenidad del ánimo por la luminosa esperanza en las gracias especiales que recibiremos en el tiempo de Navidad favorecen, alientan en nosotros el profetismo de nuestro espíritu, el munus propheticum, pues si somos humildes de verdad “y en la verdad” Dios nos dará “nataliciamente” el don de conocimiento para el bien, toda luz, todo perdón, toda alegría, aun en medio de pruebas e incluso de sufrimientos. Prepararse para el tiempo litúrgico de Navidad (mucho más que para una mera fiesta del almanaque) es cosa seria, cosa de fuertes y de mansos, de seres que quieren “renacer de lo Alto”.

Nos preguntamos: ¿podemos re-nacer, nacer de nuevo?. Físicamente no, en estas mismas coordenadas de tiempo y lugar. En la bienaventurada esperanza, sí. La Luz de Belén re-nace en verdad en nosotros, y nos hace re-nacer en el Espíritu, si ponemos las debidas disposiciones a la acción todopoderosa de Dios. La actitud para renacer es de esperanza: ¡levantemos el corazón!. Acontece que, por no dejarnos iluminar por Dios, por no permitir que el suave poder del Espíritu del Señor disipe tinieblas, es que pululan tantas “obras de la carne” (en sentido paulino), envidias, venganzas, frustraciones interminables, desánimos, todas ellas penosas manifestaciones causadas por el orgullo. En última instancia causadas por no haber “puesto el rostro en tierra” (humus, tierra, de donde proviene humilis, humilde).

Sí, curiosamente, porque “poner rostro en tierra” es la mejor actitud para ver al Niño naciente con el mismo fulgor con que lo adoraron los Magos o vieron los Apóstoles a Jesús resplandeciente en el Tabor, con el mismo fulgor velado como lo vieron María Santísima y San Juan junto a la Cruz. Es la humildad la que puede darnos la visión espiritual, sin ella, toda visión es “puramente humana”. Humildad es, en ese sentido, tener conciencia de que todo nos ha sido dado, que nada hay que no hayamos recibido, que hemos de vivir en fortaleza, vivir en verdad, nuevamente dicho, “poner el rostro el tierra”. Es virtud medicinal, la medicina de Dios.

MEDICINA DE DIOS

El orgullo es como una peste. Infectó al ser angélico –porque él quiso, en su autocomplacencia e insano remedo de querer ser como Dios. Ese ser no cesa de envidiar la obra de Dios en nosotros. Aborrece especialmente la Encarnación y la Cruz; nos induce a la soberbia, que es la que caracteriza a él y constituye la antítesis de la humildad del verdadero Omnipotente, que es el Señor. Dios nos lo enseña, cual Maestro, el camino de la humildad. Es la lección fundamental y primera que nos da el Altísimo, como la lección basal, de su “misterio”: Él se hizo hombre. Se humilló. Sería ideal que profundizáramos en ese itinerario de humildad. Ojalá demos algunos pasos vivos en su aprendizaje. Cuesta. Y nadie aprende humildad sin sufrimiento. El orgullo y el rencor que con él viene son dolencias espirituales básicas que nos conducen al vacío y a la nada.

Más aún, como “dolencia-madre”, pecado generador, el orgullo engendra todos los demás. Así, ¿qué duda cabe que el ejemplo de la humildad de Dios constituye, a la vez, como lo refiere San Agustín, la medicina fundamental de la cual tenemos tanta necesidad hoy en día? . ¿Nos dejaremos curar, sanar, por el Divino Niño, que es ya desde su cuna el Divino Médico?. Está en nosotros, pues Dios nos hizo libres. Poderosa medicina es la confianza en Dios. Si no confiamos, trastabillamos y caemos. En el fondo hay orgullo cuando se sucumbe al miedo, a los terrores que pudieran crearse en nuestro espíritu ante una eventual desolación.

Como nuestra confianza puede ser muy pobre, no siempre vemos que Dios nunca se desentiende de nosotros, Él, que tuvo la humildad de hacerse Hombre, el Emmanu-El, y está con nosotros siempre, al punto que pareciera que el profeta Isaías, en su iluminada exhortación se dirigiera a particulares circunstancias de nuestras vidas: “¡Levántate, brilla, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y acudirán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora” (Is. 60,1-2). Amanecerá el Señor y nos dará su medicina, crecerá el resplandor de nuestra aurora (siempre desde la Gracia y en unión con la Cruz). Bebámosla, la medicina, es el “kairós”, el momento propicio, no lo desperdiciemos.

JAMÁS SUCUMBIR AL MIEDO, EN EL NIÑO ESTÁ LA OMNIPOTENCIA DIVINA

Navidad es fragilidad y fortaleza. Fragilidad del Niño recién nacido. Fortaleza de Dios hecho Hombre. Navidad es antídoto frente al caer en el paralizante temor, so pena de abrirle las puertas a un misterioso e inicuo poder de tinieblas, antitético de la Navidad. Diversos poderes que no vienen de Dios pueden pretender hacernos sucumbir al miedo, “a los lobos”, al desánimo, o a rapacidades diversas que pueden acecharnos con contrariedades que intenten desanimarnos.

Contrariedades varias no nos faltarán. No menores, entre otras, pueden ser los procederes de quienes, lejos de acrecentar la vida de la Iglesia como misterio de comunión, direccionen más bien su vida por “amor al poder”, dificultando así un renacimiento en la evangelización y misión. Es una actitud difícil de detectar, cuando está, se encuentra como muy replegada dentro, y esto en el ámbito que fuere, incluso con ribetes surrealistas: no olvidemos el espléndido relato del reyezuelo del planetita que describió Antoine de Saint-Exupéry en “Le petit prince”, es la descripción de una actitud, con psicológica penetración de parte del autor.

Entregarse al “amor al poder” no es otra cosa que el afloramiento del egoísmo. El “poder del amor” es unirse a la Cruz y el Amor de Cristo. Si no entregamos de lleno la vida al “poder del amor” nos empobrecemos, no cumpliremos misión, y se producirá escándalo, más temprano o más tarde. Si queremos ser “dueños” per se vamos por mal camino. No creamos que esto pueda ocurrir sólo o principalmente en “los grandes ámbitos”. Puede darse también en ámbitos muy pequeños y poco valiosos a los ojos del mundo. Es una cuestión de espíritu, de actitud. Más que patrones, somos administradores, y tenemos que serlo “fielmente”. En este trayecto, no pocas veces las luchas que tenemos que afrontar en este mundo en el desenvolvimiento de nuestra misión pueden intentar agobiarnos y obnubilar nuestra vista, hasta pretender querer hacernos perder en parte el rumbo. El Soberbio por excelencia, nuestro enemigo, se alegrará mucho de ese daño, si lo pudo inducir, porque habrá hecho descender obscuridad y confusión, que es lo que se dedica a hacer y lo que lo complace.

Es verdad que no es fácil darse cuenta de todo ello ni advertirlo en sí mismo (tanto puede llegar a estar cauterizada la conciencia) porque es cierto que hay quien no llega a apercibirse del todo acerca de cuánto así obra. Ocurre que para “verse a sí mismo” también hay que asumir una actitud valiente; no es fácil mirarse en el intimior intimo meo (la expresión es de San Agustín), necesitamos para ello el don del Espíritu.

Un “efecto espejo” o “mirroring effect” ayudará, pero no alcanzará si nos reducimos al ámbito psicológico. Aquí hay que invocar los dones del Espíritu Santo, en especial el discernimiento, y rogar a Dios que nos dé un espíritu de servicio, que aleje de nosotros la soberbia, y nos una a su Cruz gloriosa, aunque tengamos que sufrir, cual espiritual abono para obtener esa gracia, aunque tengamos que expiar.

INCLINAR LA CABEZA BAJO LA PODEROSA MANO DE DIOS

Navidad conlleva como actitud, dijimos, “levantar el corazón”. Levantamos el corazón inclinando y agachando, a la vez, nuestra cabeza bajo la poderosa mano de Dios, cual signo de confianza en Él y en su ternura; hay que aceptar para ello vivir una ascesis, pues existe un no pequeño trecho entre “concebir intelectualmente” que somos “servidores”, y el aceptarlo vivencialmente. Aceptar esta realidad que implica una ascética significa que sea la Palabra de Él la que se haga en nosotros, a imitación de las virtudes de María Santísima.

Por ello, para que se disipe la tiniebla, para que nuestros ojos contemplen el misterio de la Navidad, amanece el Señor, Sol que nace de lo Alto. Conseguiremos compenetrarnos del espíritu de Navidad, más que alzando ansiosas miradas, inclinando la cabeza delante de la poderosa y amorosa mano de Dios para así abrirnos al don de la Fe, de la confianza. De este modo el Niño Jesús, nos hablará, sí, nos hablará al interior, incluso recién nacido, desde su pesebre, con inconfundible acento, a la vez penetrante y suave, y nos exhortará, nos enseñará, con tan sabios sones, que si tomáramos a fondo conciencia no podríamos desechar de ningún modo su palabra de bienaventuranza, y ya, desde entonces, nos inundaría una felicidad que nadie nos podría quitar: “bienaventurados aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la practican” (Lc. 11, 28).

¡Bienaventurados!. Ésa es epifánica palabra veritativa y de bondad que nos dirige para nuestra vida, para toda la vida que ya hemos vivido (y de la cual ni un solo instante podemos cambiar) y para la vida por vivir. El Niño lo ve todo, ve nuestro decurso vivido, lo ve todo y en todas sus dimensiones, lo ve así, desde Niñito, desde su humana pequeñez, en un humilde pesebre, y posando sus ojitos sobre dicho decurso histórico y vivencial, y mirándolo con Amor, lo sana, si es que nos dejamos obrar por su medicina. Ya desde el pesebre la misión del Niño empezó a ser epifánica, ya entonces "(…) se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres” (Tit.3,4). ¿Lo creemos?. Sí, pienso que lo creemos, pero tengo la certeza de la necesidad de clamar: Señor, creemos, ¡pero aumenta nuestra fe!.

UNA ESPIRITUAL SEMIÓTICA

Una espiritual semiótica, no obstante, es lícito efectuar, en el sentido siguiente. El preguntarnos qué significa para nuestros cristianos (¿quizá también para quienes están más cercanos en nuestras parroquias?) la Navidad, el Misterio de la Natividad o Nacimiento. ¿Cuál es su significación vivencial para nuestra sociedad?. El Papa Benedicto XVI nos exhortó hoy mismo, en la audiencia del miércoles, con paternal dulzura: "En la sociedad actual, donde por desgracia las fiestas que se avecinan están perdiendo progresivamente su valor religioso, es importante que los signos externos de estos días no nos alejen del significado genuino del misterio que celebramos" , afirmó. A la vez nos animó a vivir con gozo el nacimiento de Cristo y aseguró que Dios está cerca de cada uno de nosotros "y desea que lo descubramos, para que con su luz se disipen las tinieblas que encubren nuestra vida y la humanidad" . Toda tiniebla se disipa si en el corazón que recibe a Cristo naciente nace el clamor de Navidad. Prestemos atención a su paterna palabra: “que se disipen las tinieblas que encubren nuestra vida y a la humanidad”.

El Papa Paulo VI, quien en distintos momentos de su magisterio, con la profética y literaria expresión que lo caracterizaba, hacía referencia al “drama” y a lo “dramático”. Visualizó muchas veces las distintas dimensiones del “drama” humano y de la redención. Traigo a colación cuando dijo una vez que el anuncio navideño, visto en todas sus implicancias, conlleva un “drama”, a saber: “Pero aquí nuestro gozoso anuncio natalicio suscita un nuevo drama. Un drama en el cual nosotros todos estamos comprometidos, como vigorosamente nos lo recuerda San Pablo: ¿quién es el que cree en lo que escucha de nosotros? (Rom. 10, 16) –y proseguía, preguntándoselo, el Papa- ¿quién acoge nuestra evangelización?” . Porque la tentación del desánimo acecha; el Padrenuestro nos renueva.

El desánimo se disipa cuando el clamor de Navidad nos mueve a que renazca en nosotros el espíritu de alabanza. Se trata de alabar (y de obrar), ello es obra del Espíritu. Se trata de gozar de la alabanza divina, y también, corresponsablemente, de asumir el desafío, el reto, de evangelizar desde esa alabanza y desde esa alegría que brota del corazón evangelizado.

Es verdad, en este “maravilloso y dramático” mundo, algunos nos escuchan y otros no, algunos facilitan que podamos cumplir una misión, otros no hacen una cosa ni otra, y otros, para qué decirlo, no trasuntan precisamente una ayuda. Asumamos esto también con el realismo de la esperanza, no caigamos en idealismos filosóficos.

Muchos, muchos acogen la evangelización, muchos se acercan y están junto a Cristo y rezan por nosotros, muchos que están visiblemente en la Iglesia y muchos que ni figuran en nuestros cerebrales registros, muchos que sólo el Señor conoce, y los conduce con su Amor. Dios obra siempre y misteriosamente; es más impresionante de lo que podríamos barruntar lo que el Espíritu Santo está obrando, incluso en estos tiempos en que se dan no pocas tinieblas (y las vemos concretamente, no es un cuento).

¿Cuál es el criterio de genuinidad que hemos de asumir en nuestra misión, entonces?. ¿Cómo puede renovarnos la Navidad?. Porque nosotros mismos tenemos que ser honestos en esto. Pienso que un aspecto en el discernimiento de la índole genuina de nuestro proceder es “el buen fruto”. Pero creo que más profundamente aún uno de los criterios de genuinidad es avenirse a aguantarse las bofetadas y escupidas (en no pocas oportunidades sutilmente esputadas), sin abrigar deseos de venganza, sin anidar odio alguno. Antes bien, aunque humanamente cueste y sea casi como un cruento sacrificio, cultivar siempre el Amor y la Paz de Cristo, y “la Justicia que mira desde el Cielo” (Ps 85) para con quienes esas cosas nos infligen. La Justicia divina es infinitamente superior a la pobre justicia humana y la Misericordia de Dios es infinita.

Hemos de poner todo ello, creo, dentro del religioso “drama” de no ser más el servidor que su Dueño. Forma parte de la asunción de lo “teodramático”. Y vale para clérigos, laicos, religiosos, religiosas, familias, comunidades, pienso que vale para todos. Por ello, “perdonar es divino”. De tal modo, la alegría deviene infinita, cristológica y cristocéntrica en nuestros corazones.

Así pues, quien quiera dedicarse a ser un natalicio o navideño evangelizador, haga interiormente carne en sí mismo la exhortación de Jesús: “Vengan a mí”, y esto cuando el anuncio cuesta, o cuando es contrariado (no pocas veces más que por los “de fuera” por los “de dentro”). Esto es, re-cordemos, traigamos a nuestro interior, la palabra del Maestro: “Vengan a mí, todos ustedes, que están fatigados y oprimidos, que Yo los aliviaré”. Sólo Jesús nos alivia, nos descansa, nos reanima, nos devuelve (incluso cuando dormimos) la fortaleza y el ánimo.

“GRACIAS” Y “PERDÓN” EN NAVIDAD

Para conservar el ánimo y la fortaleza nos servirán de mucho dos realidades, muy buenas también para “expresar” (porque son mucho más que dos “términos”, son realidades, pero nos cuesta mucho decírselas a las personas): “Gracias” y “Perdón”.

Preguntó Pedro a Jesús: ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano, hasta siete veces?... respondió Jesús: no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete" (Mt. 18, 21). Nosotros también necesitamos ser perdonados (porque si miramos bien, mucho hemos pecado) y también necesitamos perdonar. Es la ocasión de reflexionarlo: ¿Cómo lo hemos visualizado en nuestra preparación a la Navidad?. ¿Con qué disposición hemos acudido al sacramento de la reconciliación, o lo hemos promovido o alentado?. A cada uno la respuesta. Pero si descuidamos el sacramento de la reconciliación ningún renacimiento florecerá.

INGRESEMOS EN LA “TEODRAMÁTICA” DEL NIÑO

Al Eterno ya nos lo ha manifestado, Él, Jesús, que es la Epifanía del Padre, pues "nadie conoce al Padre sino el Hijo" (Mt 11,27). En su Venida Gloriosa lo veremos “cara a cara”. La Eternidad beata es nuestra esperanza. Mientras tanto, nosotros conocemos a Dios porque el Niño nos lo ha dado a conocer, para que tuviéramos vida, pues "esta es la voluntad del Padre, que todo el que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna"(Jn 6,40). Es lo que cuenta, con todas las buenas consecuencias que tiene para la vida humana, en camino a la Patria del Cielo. Todo lo demás pasa, “como la hierba que se seca”.

Así, entonces, con gran afecto pido que esta Navidad nos sumerja más y más en lo Eterno, y a la vez nos haga resurgir a una vida nueva y nos reafirme en nuestra responsabilidad de evangelizar (fácil es decirlo, difícil es “dejarse renovar”). Al “drama” que significa esta vida, dejémoslo transformar por Dios; puede hacerlo, quiere hacerlo, según el mayor bien para nosotros. Aceptemos que Él sea “Señor” de nuestra propia historia, en salvífica “teodramática”, no importa cuántas tristes vicisitudes podamos haber experimentado, quizá también con alguna “dies amara valde” (día de infinita amargura). La alegría del Corazón de Cristo todo lo supera y si la asumimos, nadie nos la podrá quitar.

El único Señor de la Historia es Dios. El único real Protagonista de la Evangelización es el Espíritu Santo. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo y el Pueblo de Dios. Nosotros cultivemos cada día más el espíritu de servidores. Imploremos la ayuda de la Virgen Inmaculada Madre de Dios, Madre de la Iglesia, y del Patriarca San José, “varón Justo” Patrono de la Iglesia; ellos fueron por excelencia de las excelencias los más puros anawim, en su espíritu manso, dulce y fuerte, ellos creyeron, contra toda expectativa humana, que “para Dios nada hay imposible" (Lc 1,37) y se sintieron confortados en Aquél Único que nos conforta (Cf Flp 4,13) pues María y José vivieron en plenitud esta certeza: el que, “para quienes aman a Dios todas las cosas contribuyen al bien” (Rm 8,28).

Sí, en el mysterium pietatis, misterio de piedad, todo se transforma en Bien para los que aman a Dios. Nosotros aferrémonos a que todo es posible para el que cree. Preguntémoselo, en nuestro interior, a María, “la Mujer creyente”.

Feliz Navidad, con todo el corazón, y “con todo el amor del que soy capaz” (en el sentir del Beato Charles de Foucault) muy feliz renacimiento en los corazones, en las familias y en las comunidades, bendiciones de lo Alto de las manos del Divino Niño; tengamos esperanza, sembremos esperanza. Paz y Bien.

Con afecto pastoral, en el Señor Jesús,


+Oscar

21 de diciembre de 2011


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Notas.
(1) Cf San Agustín, de Trin. 8, 5, 7; P.L. 42, 952.
(2) Benedicto XVI, Audiencia pública del miércoles 21 de diciembre en el Aula Pablo VI del Vaticano.
(3) Ibid.
(4) Pablo VI, MESSAGGIO URBI ET ORBI Solennità del Natale del Signore Giovedì, 25 dicembre 1975

10.12.11

Procesión y Misa de la Inmaculada Concepción en Campana Ciudad

Esplendorosa procesión de la Inmaculada

Una tarde esplenderosa presidió ayer la procesión de la Inmaculada Concepción, muy enraizada con la vida e historia de la ciudad y cargada de religiosidad popular. La Inmaculada Concepción salió desde el templo parroquial de Santiago Apóstol, para realizar la procesión y recorrer calle Anchorena hasta la Plaza Colón donde se realizó la multitudinaria Santa Misa celebrada por el padre Atilio y concelebrada por el padre Arturo Terenzi.

Durante la procesión se cantó, se rezó y se meditó sobre el valor de la vida como primer derecho humano a defender.
Estuvieron presentes las comunidades de las distintas capillas y centros misionales de Baradero, como así también los colegios católicos con sus banderas de ceremonias, Prefectura Naval, Policía Comunal y Colectividades.
El toque de color lo daban también los niños que han recibido su Primera Comunión este año y, como es habitual para esta fiesta, y realizaron su Consagración a María.

23.11.11

“BODAS DE ORO” DE LA VICARÍA DE FÁTIMA EN EL “BAJO DE ZÁRATE”

Diócesis de Zárate-Campana

La Vicaría de Fátima ha cumplido sus bodas de oro y se ha transformado en emblema de la comunidad católica de El Bajo. Asistió a las celebraciones nuestro Obispo diocesano, Mons. Oscar Sarlinga, junto con Mons. Edgardo Galuppo, Mons. Ariel Pérez, el P. Eduardo Mussato y el Diác. Ramón Álvarez, junto con gran cantidad de fieles. La imagen de la Santísima Virgen fue recibida con los acordes de la banda de la Prefectura local. Antes de ingresar al templo, el Obispo bendijo una placa conmemorativa. La iglesia, enclavada en la calle Hipólito Yrigoyen a metros de la Costanera, es un referente de la zona, un lugar de encuentro de la filegresía católica de todo Zárate. El 18 de noviembre se cumplieron los 50 años de la inauguración de la capilla construida por la empresa “Celulosa Argentina”, gracias a las gestiones de vecinos de la zona y con la anuencia de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y del entonces Obispado de San Nicolás de los Arroyos (pues Zárate pertenecía a dicho Obispado, mientras que Campana a San Isidro). Una protagonista esencial de esa obra fue una vecina entrerriana-de Gualeguaychú-, Celedonia Planchón de Ferreyra-quien llegó a radicarse a Zárate con su esposo y siete hijos y ferviente católica con anuencia de la Acción Católica de la Parroquia del Carmen comenzó a dar catecismo a los niños de la zona, sin un espacio físico pero con gran entusiasmo con la colaboración de dos catequistas Adela Santoni y Mónica Jaureguiberry. Primero en la planta baja de la Escuela Nro. 5 donde concurrían 48 alumnos, después en vagones de un predio de Callegari y en casas de familia como la de los Irurita, en calle 25 de Mayo. Esos fueron los comienzos de la acción pastoral en El Bajo que luego llegó a convertirse en un movimiento social. La acción catequística se fue ampliando en objetivos, pensando en la capilla que reuniera a los fieles para las celebraciones católicas. Para ello, Celedonia recurrió a la colaboración de Celulosa Argentina, donde encontró el apoyo de Gerente Carlos García. La empresa cedió el terreno de la calle H. Yrigoyen y Molo y la construcción de la capilla en base con un gran vitral que representaba a la Virgen a la que se denominó Nuestra Señora del Rosario de Fátima. El 18 de noviembre de 1961, la capilla fue inaugurada con la celebración de la misa a cargo de los sacerdotes Antonelli y Bruno Canal de la mencionada parroquia del Carmen. Desde entonces, la comunidad católica creció en torno a la iglesia, concurrían muchos jóvenes y adultos e inició su trabajo pastoral en el barrio llamado de la Carbonilla, además de incontables obras en El Bajo y en las islas construyendo una comunidad activa y solidaria. Al celebrarse estas bodas de oro, es también imprescindible recordar a las primeras catequistas de la Fátima: Colomba de Peluffo, Celedonia de Ferreyra, Adela Santoni, Livia Canziani, Celmira Bacigalupo de Domínguez, Emilce Giménez, María Montani, Yolanda Lencina, y tantos colaboradores como los directivos de Celulosa Silvio Gagliardi, Fausto Batista, Carlos García, vecinos zarateños como Gerbaudo, Calviño, Consoli, Carmen Amigo, Susana Latorre, Paulina Coser, Valeria Cesanelli, Nélida Avanza, Felisa Sayago, Mercedes Tubia, Nueves San Martín, Catalina e Inés Casey, Elvira Deleglise, Tota Peluffo, Emilio Juynevichi, las hermanas Gassó.
En los actos celebratorios del 18 de noviembre, la eucaristía fue presidida por el Obispo Mons. Sarlinga y concelebrada por los sacerdotes mencionados, y asimismo al término de la misa se pudo disfrutar de la actuación del Coro “Amigos de la Música”, el Coro del Almacén Cultural y Coral Popular Zárate. Luego de dichos actos, se tuvo una cena comunitaria y un brindis celebratorio. Este sábado se tendrán nuevos frutos de la catequesis; a las 18 recibirán la eucaristía los niños de 2do. Año de inicio en la Fe Cristiana. El domingo a las 17, se celebrará la misa en acción de gracia y luego habrá procesión en la Costanera, show musicales, rock de la cristiandad y se entregarán reconocimientos de un Concurso de manchas. El próximo domingo 27, a las 9:30 habrá una misa de bendición de los matrimonios celebrados en estos 50 años y se entregarán recordatorios a los participantes de Concurso Literario.

10.11.11

Peregrinación del Pueblo de Dios a Luján

Con espíritu de fe, y alegría comunitaria se realizó la peregrinación a Luján. Autoridades viales de San Nicolás estimaron en 40.000 los peregrinos. En medio de un importante operativo para garantizar la seguridad de todos los peregrinos, miles de vecinos de Campana , Zárate y demás ciudades que coinciden con la circunscripción de la diócesis marcharon el sábado a partir de las 16, en esta 33º Peregrinación a Pie a Luján. Mons. Oscar Sarlinga se dirigió a Zárate, donde, el sábado a las 16 desde la plaza central, dirigió unas palabras a los peregrinantes allí congregados, y les dio su bendición. A las 18 el grupo concentrado en la plaza E. Costa de Campana fue despedido por Mons. Edgardo Galuppo, vicario general.
Esta madrugada, al cierre de esta edición, ya habían comenzado a llegar los primeros grupos de fieles, mientras se esperaba el grueso de la llegada de los grupos para después de las 5.30.
Desde las 6.00 estaba prevista la realización de la misa central a cargo de Monseñor Oscar Sarlinga.
A partir de las 02.30 del domingo 6 comenzaron a llegar los fieles peregrinos a Luján, donde fueron recibidos por los sacerdotes de la Basílica. El Obispo Mons. Sarlinga y numerosos sacerdotes estuvieron presentes desde las 03 de la madrugada de ese domingo para atender a los fieles en el sacramento de la reconciliación, es decir, para quienes se acercaron a confesarse, los cuales fueron en gran número, procedentes de las distintas ciudades. La Misa central fue presidida por Mons. Oscar Sarlinga y concelebrada por 20 sacerdotes de la diócesis, en tanto que numerosos otros permanecieron en los confesionarios para administrar la reconciliación.
Las instituciones intervinientes en la peregrinación, con la coordinación de la dirección de culto de la Provincia de Buenos Aires, fueron el ministerio de seguridad de la provincia de Buenos Aires, a través del Centro de Operaciones Policiales (COP) y las jefaturas departamentales y distritales de Zarate, Campana, Exaltación de la Cruz, Pilar, Mercedes-Luján, también el ministerio de salud de la provicia, la agencia vial de transporte de la provincia que por la resolución 49/2011 otorgaron el corte y restricción al tránsito de la ruta 6 y de todo el recorrido de la Peregrinación, la dirección Políticas de Seguridad Vial, la ayuda de cruz roja, bomberos voluntarios y muy especialmente el municipio de Campana y Zárate, así como también Pilar y Exaltación de la Cruz.

1.11.11

Encuentro del Obispo Mons. Oscar Sarlinga con los candidatos al diaconado permanente y sus esposas en Escobar

Luego del encuentro anual con los diáconos permanentes (ya ordenados) en la diócesis, que tuvo lugar en septiembre, el Obispo Mons. Oscar Sarlinga mantuvo esta vez un encuentro en Escobar (en instalaciones del Movimiento Apostólico de Schoenstatt) con los miembros de la Escuela de Ministerios de la diócesis, y candidatos al diaconado permanente, junto con sus esposas. El encuentro comenzó con la Santa Misa presidida por el Obispo en el llamado "Santuario" del Movimiento de Schoenstatt, y prosiguió con un ágape fraterno y por la tarde con distintas pláticas a cargo de Mons. Dr. Santiago Herrera (rector del Seminario y a la vez director de la Escuela de Ministerios) y del Pbro. Lic. Pablo Iriarte, sacerdote colaborador en distintos movimientos de pastoral familiar y psicólogo egresado de la Universidad del Salvador, el cual además de algunas prácticas ejerció también algunas dinámicas comunicativas entre los matrimonios presentes.
La mayoría de los diáconos permanentes existentes en la diócesis de Zárate-Campana (12) son casados y con hijos, aunque dos de ellos son célibes y uno de los candidatos a la ordenación ambién lo es, con lo cual se ratifica que dicha "vocación específica" con el sacramento del orden sagrado en el tercer grado puede realizarse tanto dentro del matrimonio como en la vida célibe, no en orden al sacerdocio sino como ministerio ordenado, configuración con Cristo Servidor. Así lo entiende la comunidad diocesana y es por ello que la recepción de los diáconos en las parroquias ha sido muy positiva y se ha dado en un contexto de aumento, perseverancia y santificación de las vocaciones sacerdotales, estando incluso alguno de los diáconos permanentes en la obra de promoción de las vocaciones sacerdotales y religiosas. La última ordenación diaconal que confirió Mons. Oscar Sarlinga fue el día sábado 29 de octubre, al Sr. Oscar Cabrera, casado, padre de 9 hijos, dedicado a la evangelización, la catequesis, la escuela de monaguillos y la caridad social (forma parte de la Asociación de fieles "Nuestra Señora de Lourdes" con sede en un barrio muy careciente del partido de Pilar). La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de la Inmaculada Concepción, en Maquinista Savio (localidad ubicada exactamente en el límite entre los partidos de Escobar y Pilar, en la zona más densamente poblada de la diócesis).
El Plan Pastoral de la diócesis de Zárate-Campana delinea los trazos más salientes del diaconado permanente en la diócesis. Es un Plan abierto a concreciones, y de hecho ya han comenzado a realizarse las consultas para su revisión en el año 2012, como estaba previsto. A comenzar desde el Espíritu, esto es, en promover entre los ministros ordenados una profunda experiencia de Dios que alimente el seguimiento e imitación de Cristo «Buen Pastor». El diácono permanente ha de fomentar de modo también «permanente» una mayor vivencia de la comunidad católica, e impulsar la Nueva Evangelización como la entiende la Iglesia, viviendo el ministerio ordenado desde la perspectiva de la caridad pastoral, así como reavivar con la gracia de Dios el carisma recibido, a través de una sólida formación permanente.

El Obispo como Sucesor de los Apóstoles ordena diáconos permanentes, después de un previo discernimiento vocacional, principalmente a través de la Escuela del Diaconado Permanente, una vez comprobadas tanto la idoneidad y formación para este ministerio como la vinculación con la comunidad (que es esencial), y en razón de las necesidades de las diócesis. Es la diócesis la que está llamada a crear concretamente los espacios necesarios para que los diáconos colaboren en la animación de servicios pastorales, detectando y promoviendo líderes, y estimulando la corresponsabilidad de todos, en la comunión jerárquica y orgánica, para una cultura de reconciliación y solidaridad. No podríamos olvidar la dimensión misionera de los diáconos permanentes, pues ha sido uno de los ejes fundamentales de nuestra organicidad pastoral. Estos ejes son la comunión y la misionariedad, y han dado tanto fruto tanto en las misiones diocesanas como en las misiones populares en las parroquias, y aquéllas emprendidas por asociaciones de fieles y movimientos. Lamisionariedad fructifica cuando hay comunión, por ello, el Obispo y los sacerdotes, en este aspecto que estamos considerando, han de acompañar a los diáconos permanentes en su proceso formativo y de santificación y en el ejercicio de su ministerio, integrándolos activamente en la vida pastoral y fraterna, esto es, en una «fraternidad del Orden Sagrado», en un espacio de verdadera fraternidad, que es obra del Espíritu Santo. Nuestro Obispo solicita a menudo a los diáconos permanentes casados el mantener siempre un gran equilibrio con respecto al tiempo que le dedican a su familia, a su trabajo y a su ministerio, y que sean ejemplos vivos de la unidad y amor familiar en sus hogares.

¿Qué es el diaconado permanente?

El sacramento del ministerio apostólico comporta tres grados. De hecho «el ministerio eclesiástico de institución divina es ejercido en diversas categorías por aquellos que ya desde antiguo se llaman obispos, presbíteros, diáconos»(Conc. Ecum. Vat. II, Const. Dogm. Lumen Gentium, 28) Junto a los presbíteros y a los diáconos, que prestan su ayuda, los obispos han recibido el ministerio pastoral en la comunidad y presiden en lugar de Dios a la grey de la que son los pastores, como maestros de doctrina, sacerdotes del culto sagrado y ministros de gobierno.(Cf. ibidem, 20; C.I.C., can. 375, § 1.)La institución diaconal floreció, en la Iglesia de Occidente, hasta el siglo V; después, por varias razones conoció una lenta decadencia, terminando por permanecer sólo como etapa intermedia para los candidatos a la ordenación sacerdotal.El Concilio de Trento dispuso que el diaconado permanente fuese restablecido, como era antiguamente, según su propia naturaleza, como función originaria en la Iglesia.(Cf. Concilio de Trento, Sesión XIII, Decreto De reformatione, c. 17: ConciliorumOecumenicorum Decreta, ed. biligue cit., p. 750.) Pero tal prescripción no encontró una actuación concreta.El Concilio Vaticano II determinó que «se podrá restablecer el diaconado en adelante como grado propio y permanente de la Jerarquía... (y) podrá ser conferido a los varones de edad madura, aunn casados, y también a jóvenes idóneos, para quienes debe mantenerse firme la ley del celibato», según la constante tradición.( LG 29) Las razones que han determinado esta elección fueron sustancialmente tres: a) el deseo de enriquecer a la Iglesia con las funciones del ministerio diaconal que de otro modo, en muchas regiones, difícilmente hubieran podido ser llevadas a cabo; b) la intención de reforzar con la gracia de la ordenación diaconal a aquellos que ya ejercían de hecho funciones diaconales; c) la preocupación de aportar ministros sagrados a aquellas regiones que sufrían la escasez de clero. Estas razones ponen de manifiesto que la restauración del diaconado permanente no pretendía de ningún modo comprometer el significado, la función y el florecimiento del sacerdocio ministerial que siempre debe ser generosamente promovido por ser insustituible.Pablo VI, para actuar las indicaciones conciliares, estableció, con la carta apostólica «Sacrumdiaconatusordinem» (18 de junio de 1967),(AAS 59 (1967), 697-704) las reglas generales para la restauración del diaconado permanente en la Iglesia latina. El año sucesivo, con la constitución apostólica «Pontificalisromanirecognitio» (18 de junio de 1968),(AAS 60 (1968), 369-373) aprobó el nuevo rito para conferir las sagradas órdenes del episcopado, del presbiterado y del diaconado, definiendo del mismo modo la materia y la forma de las mismas ordenaciones, y, finalmente, con la carta apostólica «Ad pascendum» (15 de agosto de 1972),(AAS 64 (1972), 534-540) precisó las condiciones para la admisión y la ordenación de los candidatos al diaconado. Los elementos esenciales de esta normativa fueron recogidos entre las normas del Código de derecho canónico, promulgado por el papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983.(Los cánones que hablan explícitamente de los diáconos son una decena: 236, 276, § 2, 3o; 281, § 3; 288; 1031, §§ 2-3; 1032, § 3; 1035, § 1; 1037; 1042, 1o; 1050, 3o.)

18.10.11

La diócesis de Zárate-Campana tuvo en Pilar su 5ta. Misión Joven, como todos los años

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Culminó la Vta. Misión Joven diocesana (16 de octubre)
Tuvo lugar en Pilar (ejido urbano de la ciudad, en parroquia de Nuestra Señora del Pilar)
Como todos los años, la Misión Joven convocó una multitud de jóvenes misioneros, quienes vivieron la profunda alegría de evangelizar, al mismo tiempo que afianzaron su fe y compromiso con Cristo y la Iglesia, de acuerdo con las palabras del Beato Juan Pablo II: “la fe se fortalece dándola” (de la Redemptoris misio).


La logística organizacional, el laborioso y silencioso trabajo de la cocina y el encargo de la alimentación de los jóvenes, la organización de las visitas a las familias y las dinámicas de grupo, el equipo litúrgico y de música, estuvieron a cargo de la delegación de Pastoral de Juventud y de la parroquia anfitriona, Nuestra Señora del Pilar.
La Misión Joven es organizada por la pastoral de Juventud (a cargo del P. Hugo Lovatto con el secretariado diocesano) y con apoyo de la delegación de misiones, la puesta a disposición de la parroquia que pide la misión y toma a cargo su organización, y el acompañamiento continuo del Obispo y de los organismos pastorales diocesanos.
Este año fueron 527 los jóvenes participantes, entre los cerca de 500 inscriptos en la delegación de Juventud y los restantes “servidores” pertenecientes a la parroquia. Durante la misión se tuvo visitas a las familias del lugar, evangelización y misión realizadas por los jóvenes, y algunos actos especiales, de carácter litúrgico, y animación misionera, así como estuvieron a disposición durante los días de misión los sacerdotes diocesanos que, numerosos (más de 20) acudieron para administrar el sacramento de la reconciliación.

Las parroquias del partido de Pilar prestaron una colaboración activa y muchos de los jóvenes misioneros eran provenientes de ellas, pero también de parroquias de Zárate, de Campana, de Baradero, de San Antonio de Areco, de Exaltación de la Cruz y de Escobar.
Durante la misión se tuvieron también algunos espectáculos, como el musical católico, a cargo del P. Poli, secundado por los jóvenes de la parroquia de Nuestra Señora de Pilar, procesión nocturna, y distintas dinámicas de grupo, que afianzaron a los jóvenes en su espíritu misionero.
En la misa de clausura, el domingo 16 de octubre, a las 11, concelebrada por 15 sacerdotes, con la asistencia de todos los seminaristas, fue presidida por Mons. Oscar Sarlinga y concelebrada por el cura párroco, Pbro. Jorge Ritacco, el vicario, Mons. Edgardo Galuppo, el Rector del Seminario, Mons. Santiago Herrera, el decano de Pilar, Pbro. Oscar Iglesias y otros sacerdotes del decanato y del resto de la diócesis.
En su homilía el Obispo destacó el espíritu misionero y esperanzador de los jóvenes, fruto de la presencia del Espíritu Santo, e hizo referencia al sentido de la misión, a la necesidad de ser “concordantes” (en el sentido de aportar concordia y unión de los corazones) y “esperanzados”, antes que “discordantes” y “quejosos”, porque con estas dos actitudes últimas, la Iglesia no hace misión. Agradeció a todos, autoridades presentes, a los laicos, especialmente a quienes tuvieron a cargo la logística de la misión (de la parroquia de Ntra. Sra. del Pilar), al colegio “Nuestra Señora del Pilar” que prestó toda su colaboración, y en especial a los jóvenes misioneros, quienes multitudinariamente participaron de la misa, junto con otros jóvenes y familias de la zona. También destacó el sentido de la “nueva evangelización”, a la expresión del Beato Juan Pablo II en la Redemptoris missio (“la fe se fortalece dándola”) y al anuncio que esa misma mañana había hecho el Papa Benedicto XVI acerca de la próxima convocación al “Año de la fe”.
A continuación ofrecemos algunos aspectos del Plan pastoral que se refieren a la Misión Joven.
La «Misión Joven» diocesana, se encuentra en el contexto de nuestra opción por la comunión y la misionariedad, que han quedado plasmados en nuestro «Plan Pastoral diocesano», el cual, en la INTRODUCCIÓN, I: «ORIENTACIÓN FUNDAMENTAL del PLAN» nos habla en primer lugar de la dimensión «discipular» a la que nos llama el Documento de Aparecida, a saber:
“En este sentido, dicho Documento de Aparecida nos lleva a ver en dicha pastoral orgánica una dimensión discipular: “Una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podamos vivir una experiencia permanente de discipulado y comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Papa”.
La «conversión a Jesucristo» es fundamental para redescubrir el sentido de la misión; por esta causa sigue diciéndonos nuestro «Plan»:
“A los fines de asegurar la vitalidad de esta pastoral ordinaria y orgánica sobre todo hemos de retomar con energía el proceso de la reforma y conversión de nuestras parroquias, procurando su renovación en profundidad y en ámbito evangelizador, aprovechando la totalidad de sus potencialidades pastorales para llegar efectivamente a cuantos le están encomendados, asumiendo de modo decidido y convencido un «estado permanente de misión», en primer lugar dentro de su propio territorio”.
Por supuesto, tenemos una historia, y la vocación por la dimensión misionera de toda la pastoral hemos venido trabajándola en las distintas instancias de nuestra Iglesia local desde hace más de tres años. En nuestro «Plan Pastoral» (en el capítulo I: «EL CAMINO PASTORAL RECORRIDO NOS ORIENTA, Y NOS ALLANA EL CAMINO POR RECORRER»), en el n. 2, se nos brindan «Orientaciones programáticas efectivamente realizadas y re-asumidas en este Plan Pastoral», entre las cuales las siguientes: -La Misión como una necesidad permanente y una actitud necesaria para la evangelización de nuestra diócesis. -El impulso de la Pastoral de Juventud y Pastoral Vocacional -El apoyo a los Movimientos eclesiales en la diócesis y a su integración en la Pastoral orgánica. Asimismo, en el capítulo I, n. 7, cuando se habla de la profundización en la dimensión evangelizadora de toda la Pastoral, se nos recuerda a todos que “(…) el Proyecto pastoral debe profundizarse aún más al considerar el aspecto evangelizador, el objetivo de lograr una diócesis misionera. También en ese sentido, el «camino recorrido», o la misma realidad eclesial vivida, tiene mucho para proponernos. Ya se había reflexionado sobre la necesidad de la misión entendida en primer lugar hacia dentro de la misma comunidad diocesana. Ése es el sentido del llamado “estado de misión”. En el Mensaje que nos dirigió nuestro Obispo con motivo de la apertura del «Año Paulino Jubilar» nos decía nuestro Pastor: “Este tiempo de gracia es ocasión propicia también para que reflexionemos en la relación esencial entre justicia y caridad, virtudes inseparables, tema al cual el Papa le ha dedicado una especial consideración en la segunda parte de su Encíclica «Deus Caritas est». No existe caridad sin justicia. Al mismo tiempo, el cristiano está llamado a buscar siempre la justicia, llevando dentro de sí el impulso superador que proviene del Amor, que supone la justicia y la trasciende. Reaprender a ser justos, a compartir, a crear condiciones de justicia y paz, implica abrir el corazón a Dios y a los hermanos. Que sea éste un tiempo en que podamos ver cómo la fe abre puertas extraordinarias al trabajo por un orden justo en la sociedad, a una «caridad social» rectamente entendida y aplicada, y en particular en lo referente a los fieles laicos, en la participación personal en la vida pública, cooperando con los demás ciudadanos” (Carta pastoral del Obispo con motivo del Año Paulino”) Ahora entonces, fijémonos en la referencia concreta que hace el «Plan Pastoral diocesano» a las misiones juveniles (capítulo I, n. 7): “La propuesta y puesta en práctica de las «misiones juveniles» llevadas a cabo en distintas ciudades y localidades de la diócesis por parte de grupos de jóvenes misioneros ha tenido una importancia clave en el conocimiento mutuo, en el amor por el sentido de la misión, y en la revitalización de comunidades católicas que hasta ahora habían sido visitadas más bien por otros grupos religiosos o incluso por sectas”. Conjugando la Pastoral Litúrgica, con la de Juventud, con la Pastoral misionera, la vocacional y la caritativa institucional, fueron planificadas las misiones juveniles en el mismo lugar, ciudad o partido donde iban a ser celebradas las Fiestas Patronales diocesanas (en torno al 8 de mayo), día en que se viene llevando a cabo una entera «Jornada Pastoral», compuesta principalmente por la dimensión catequística, juvenil y caritativa”. Todo un programa de vida y de vida misionera. Pongamos aquí nuestro corazón, para que tantos hermanos se encuentren con la Palabra de Jesucristo, con la Eucaristía, que se reconcilien con el Señor y con la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo y Pueblo de Dios, que se reconcilien con el Amor con el que Dios nos amó, y dén de ese Amor a los demás, para construir una sociedad nueva.